miércoles, 27 de diciembre de 2017

Los Ogros de Año Nuevo “Los Namahage”




Namahage es todo un icono dentro del folklore japonés, es un Yokai de aspecto feroz cuyo odio hacia los consentidos y mimados es patológico. Durante la noche de fin de año, los japoneses de la zona norte de Japón, especialmente en la prefectura de Akita, reciben la visita de unos personajes muy especiales: son los namahage, los ogros de Año Nuevo. Sus distintivos son, una cara feroz y demoníaca con cuernos y colmillos afilados  y normalmente suelen llevar un chuchillo de pelar patatas o un machete en la mano.
Los namahage son una especie de demonios japoneses que aterrorizan a los pequeños de la zona el día de la Nochevieja. Los ogros bajan de las montañas la noche de fin de año y se pasean por las calles de las ciudades y los pueblos de la prefectura de Akita para comprobar que los niños se han portado bien en el año que termina.
Dice la leyenda que si has sido perezoso, un llorón o no has hecho caso a tus padres, los ogros de Nochevieja se te llevarán a las montañas y no volverás a ver a tu familia jamás, algo que, junto con la apariencia demoníaca de los ogros, aterroriza a los niños. Los padres les ofrecen comida y bebida y  a cambio los ogros bendicen y protegen la casa y la familia de enfermedades, desastres naturales y de las malas cosechas.
El día de Año Nuevo,  Namahage aparece sin aviso en la puerta de las casas en las que se cree que habitan individuos mimados, llorones, holgazanes, vagos y consentidos, diciendo en voz alta frases como ¿Hay algún niño llorón? ¿Algún vago bueno para nada?” ¿Algún niño que rehúsa obedecer a sus padres?”.
Los más jóvenes reciben un regaño y un susto por parte de estos demonios, pero los más mayores reciben un castigo mucho peor. Cuando los Namahage notan a alguien que ha estado disfrutando del calor de la hoguera durante demasiado tiempo, gustan de atraparlos por los pies a estas personas y pelarles con el machete las plantas de los pies. El propósito del namahage era advertir a los rezagados que se sientan alrededor del fuego sin hacer nada útil.
Y es que todo lo que rodea a los namahage da miedo, a un niño, porque ya no es sólo la apariencia y lo que puede pasarles a los niños que no se han portado bien, todo parece que está hecho para atemorizar a los pequeños… pero en realidad los namahage son buenos  Los namahage son en realidad jóvenes del pueblo disfrazados con máscaras de demonio tradicionales, así como un abrigo de paja y botas de paja aptas para caminar por la nieve, un gran cuchillo y varas de madera sintoístas. Por supuesto, estos jóvenes de pequeños también sufrieron el terror de los namahage y se dedican a continuar la tradición.
Antes de salir de procesión por las calles de los pueblos de la prefectura, los jóvenes participan en una pequeña ceremonia en el santuario sintoísta más cercano y después van casa por casa en búsqueda de los niños del pueblo. En cada casa, golpean el suelo 7 veces antes de entrar, 5 veces cuando les ofrecen comida y bebida y finalmente 3 veces antes de marcharse… ¡no me extraña que los pequeños estén aterrorizados todo el rato!
Eso sí, los namahage no entran en las casas donde ha habido un nacimiento o un fallecimiento durante el año ni tampoco en las casas donde hay una persona inválida. En estos casos, los ogros golpean el suelo varias veces en la entrada de la casa, pero jamás entran en ella. Después de recibir la visita de los namahage, la familia acude al santuario a dar las gracias a los dioses por la visita de los ogros, que les permite afrontar el Año Nuevo con energías renovadas y vuelven a sus casas a celebrar el Fin de Año. Aunque a mí me gustaría saber qué les pasa por la cabeza a los niños, probablemente todavía aterrorizados por la visita de los ogros…
El origen de los namahage no está claro. Hay muchas teorías al respeto, como la que los asocia con el emperador Wu de Han; otras teorías dicen que están relacionados con los dioses de la montaña; otras, con extranjeros llegados desde el mar a la península de Oga, etc. Pero lo que sí se sabe es que al menos datan del periodo de Edo aunque probablemente sea una tradición anterior, ya que aparecen en un libro de relatos de viajes de la época. La leyenda del Namahage varía según el área. 

Una festividad

Un objetivo obvio del festival es alentar a los niños pequeños a obedecer y a sus padres a comportarse, cualidades importantes en la sociedad altamente estructurada de Japón. Los padres saben quiénes son los actores de Namahage cada año y pueden pedirles que enseñen lecciones específicas a sus hijos durante su visita.  El Namahage repite las lecciones a los niños antes de salir de la casa.  Algunos etnólogos y folkloristas sugieren que se relaciona con la creencia en deidades (o espíritus) que vienen del extranjero para quitar la desgracia y traer bendiciones para el nuevo año.





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