lunes, 13 de febrero de 2017

“Seres Mitológicos” Faunos, Sátiros y Ninfas



Las ninfas están presentes tanto en la mitología romana como griega, y son espíritus de la naturaleza, propios de determinado lugar. Se las representa como jóvenes mujeres de belleza excepcional que suelen cantar y danzar alegremente en grupos cerca de lagos y ríos.
En algunas historias se dice que, para los viajeros, encontrarse con un grupo de ninfas podía tener consecuencias desagradables, ya que podía ocasionar locura, estupidez o matar en el acto. En el folklore griego moderno, el mito sobrevivió y las ninfas son conocidas como “nereidas”.
Así como los faunos y los sátiros son aún hoy en día un símbolo de sexualidad masculina, las ninfas son su equivalente femenino. De allí que el término “ninfomanía” se utilice para referirse a la adicción sexual femenina.


En la mitología romana, los faunos son seres mitad hombre, mitad cabra. De la cintura hacia abajo son cabras y de la cintura hacia arriba son hombres, con la excepción de que tienen en su cabeza cuernos de cabra. Los faunos son la manifestación de espíritus animales y del bosque.
En la mitología griega, los sátiros eran el equivalente a los faunos. Constituyen la tropa que acompaña al dios Pan o Dionisos. Suele representárselos con sus penes erectos. A veces se los distingue un subgrupo, los Silenos, que en lugar de presentar rasgos de cabra tiene partes equinas, incluyendo cola y orejas de caballo. A veces tienen también patas de caballo, pero lo más común es que tengan piernas humanas.
Algunas otras diferencias entre faunos y sátiros es que los primeros solían ser imaginados como seres a veces infantiles, juguetones e impredecibles, mientras que los sátiros eran vistos como agresivos, fuertes y siempre buscando satisfacer sus instintos básicos.
Debido a la mutua influencia entre las culturas romana y griega, faunos y sátiros fueron muchas veces confundidos o identificados unos con otros. A veces incluso las historias de unos fueron adaptadas a los otros, simplemente reemplazando la palabra “fauno” por “sátiro” y viceversa.
Faunos y ninfas, o sátiros y ninfas han sido por siglos representados en el arte, símbolos de pasión y consumación de los apetitos sexuales. Su origen se remonta a la antigüedad clásica; el interés se renovó durante el Romanticismo, y hasta nuestros días siguen siendo la personificación del erotismo.



"Las Ondinas"

En la mitología germánico-escandinava, se llamaban ondinas a las ninfas acuáticas de espectacular belleza que habitaban en los lagos, ríos, estanques o fuentes. Tienen su correspondencia en las náyades de la mitología griega. 

A partir del siglo XVIII, las ondinas se convirtieron en sujetos literarios con el auge del cuento fantástico alemán que rápidamente se extendió por toda Europa.
 

Las ondinas son una variedad de ninfas, propias de lagos y aguas dulces. Su formación transcurre en las mismas condiciones que las de cualquier ninfa, pero normalmente son fuerzas elementales del agua las que dan vida al cuerpo femenino. 
Las ondinas tienen el cuerpo azulado o verde, los dedos de las manos y pies palmeados, las orejas puntiagudas y los cabellos muy largos y azules, amarillos o verdes, No tienen cola de pez como las sirenas.
. Pueden respirar tanto agua como aire. 
Las ondinas son criaturas muy alegres y traviesas, y se dice de su risa que es capaz de hechizar a los viajeros que se encuentran con una ondina, hasta el punto de perder la voluntad. 
Las ondinas no son criaturas malvadas, su carácter es neutral, sin embargo siempre se ha pensado que son perversas debido a las miles de historias se que cuentan, de como algunos pescadores han encontrado la muerte al tener cerca a una ondina. 
Se divierten jugando con los humanos que andan cerca, y muchas veces mueven las aguas provocando unas enormes corrientes, y así continúan hasta que ahogan al pescador o viajero, acontecimiento que les resulta muy divertido. Lo cierto es que no siempre son conscientes del mal que hacen. 
Algunas ondinas incluso se han llegado a enamorar de humanos, convirtiéndose a partir de ese momento en sus mayores protectoras. 
Una antigua leyenda cuenta que las ondinas no tienen alma, y que si encuentran una pareja humana con la que tener un niño encuentra también un alma, aunque a partir de ese momento el dolor y el sufrimiento son más intensos. 




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