martes, 27 de diciembre de 2016

“Vlad Tapes Draculea”


Drácula la historia real “Vlad Tapes Draculea”



En la historia, en las crónicas periodísticas y en los registros policiales existen muchos personajes cuya conducta criminal o acciones sangrientas tienen características psiquiátricas indudables que permitirían clasificarlos como pacientes de vampirismo.
El Conde Drácula es el protagonista de la novela homónima del escritor irlandés Bram Stoker, de 1897, que dio lugar a una larga lista de versiones de cine, cómics y teatro. Algunos aspectos del personaje están basados enVlad III, el empalador, príncipe de Valaquia del siglo XV.


Vlad Tapes Draculea

 



Vlad Drácula también conocido como Vlad Tepes o Vlad III es un monarca que desde su vida (1431-1476) años que datan entre el final de la Edad Media e inicios de la Edad Moderna (1453 caída de Constantinopla y 1492 descubrimiento de América) hasta nuestros días ha sido objeto de diversas interpretaciones, dando lugar a la creación de diversos mitos y leyendas que con el paso del tiempo han ido engrandeciendo la figura de este personaje, pasando de ser el rey de Valaquia a ser el Príncipe de las Tinieblas, ya que Bram Stoker basó su obra Drácula en el personaje de Vlad Drácula, Bram Stoker,  se basó en este siniestro personaje para la creación de la obra literaria de Drácula (1897), novela que dio forma al mito del vampiro que tanto se ha difundido tras su éxito y que en la actualidad ha dado lugar a una gran saga tanto de libros como de películas de ciencia ficción sobre vampiros.

Cabe destacar que esta figura oscura de la historia fue un hombre real, Luchó y descargó toda su brutalidad tanto contra cristianos como contra musulmanes. Defendiendo lo que le convenía en cada momento, luchaba contra aquél que le hiciera pagar tributos.

También puso en una fuente de la plaza de la capital de Valaquia, Târgovişte, una copa de oro para que todo el mundo bebiera en ella, pero aquel que la robara se sometería a la justicia del príncipe. Durante los años de su reinado nadie osó robar la copa de oro. Vlad tuvo muchas amantes a lo largo de su vida, probablemente debido al hecho de que le duraban muy poco. Un día una de sus amantes le dijo que estaba embarazada de él. Vlad le envió una matrona para que la examinase y cuando ésta le dijo que no había tal embarazo le rajó literalmente el vientre a su amante gritando que quería ver el fruto de sus entrañas. Castigó duramente el adulterio y no dudó en empalar a todas aquellas mujeres que fueran acusadas de ello.

Tanto musulmanes como cristianos lo tenían por maldito, quedándose él en una posición media, obligando a musulmanes de su país a luchar contra los musulmanes turcos y a los católicos a matar ortodoxos.
Vlad Draculea nació en Sighisoara (cerca de Valaquia, Transilvania, Rumanía) el año 1431 y muerto cerca de Bucarest (capital de Rumanía) el año 1476.
Vlad Tepes fue uno de los tres hijos legítimos de Vlad Dracul, príncipe de Valaquia y miembro de la Orden del Dragón. Esta orden, en la cual ingresó Vlad Dracul por concesión de Segismundo de Luxemburgo en el año 1431, tenía como emblema una serpiente alada, símbolo del diablo en la cultura folclórica rumana, y en sus filas se encontraba un numeroso ejército de fieros guerreros.
Vlad Tepes vivió una infancia traumática, hecho que sin duda resultó determinante a la hora de conformar su sádica personalidad.

De 1444 a 1448, él y su hermano pequeño Radu II el Bello, permanecieron como rehenes entregados por su propio padre a los turcos en Edirne (Adrianópolis) como símbolo de apoyo al sultán Murad II. Durante su cautiverio, el joven Vlad fue adiestrado en las artes de la guerra y se familiarizó con la cultura y la lengua turca, pero en octubre de 1448, tras el asesinato de su padre que había muerto apaleado y de su hermano Mircea, al cual le habían quemado los ojos con un hierro candente antes de enterrarlo aún con vida. Ambos sucesos fueron ordenados por el conde Juan Hunyandi, antiguo aliado de Vlad II, y apoyados por los boyardos, que eran la aristocracia local, a los cuales Vlad tuvo desde entonces odio eterno. Vlad con el apoyo de los turcos retornó a Valaquia, donde fue coronado como nuevo rey bajo el nombre de Vlad III.

Entre 1456 y 1462, empieza a forjarse su imagen negativa y la leyenda sobre el sadismo de Vlad Dracula a quien empiezan a denominar como Vlad Tepes, a quien se le atribuyen más de cien mil muertes durante este periodo. Esta imagen negativa proviene de su entorno en las poblaciones sajonas y húngaras, con quienes mantendrá una política de tensa hostilidad y enfrentamientos, al igual que con los turcos.

En 1462, lanza una ofensiva contra el territorio fronterizo turco, que causó veintitrés mil muertos, a la que Mehmet II responde en junio con una campaña, en la que el sultán está a punto de perecer, y en la que los otomanos lograron acabar con los recursos del rey de Valaquia, entronizaron al hermano de Vlad, Radu II el Bello como rey de Velaquia y lo obligaron al exilio en Hungria. Una vez allí, pidió asilo al rey húngaro, Matías Corvino, quien, lejos de atender sus peticiones, lo traslado a Pest y lo mantendrá encarcelado y retenido durante doce años, alegando falsas acusaciones.

En julio de 1475, el rey de Hungría lo libera y pone a disposición de Vlad un ejército a fin de recuperar para su reino el territorio de Valaquia. Un año más tarde, en noviembre de 1476, Vlad Tepes volvía a hacerse con la corona de Valaquia tras la victoria en la batalla de Vaslui, en la que contó con el apoyo de las tropas de su primo, el principe Esteban Bathory de Moldavia, con un ejército formado por transilvanos, boyardos valacos y moldavos.
Tras esta batalla, su primo Esteban volvió a Transilvania dejando a Vlad en una posición muy débil frente a los enemigos turcos. Por ello, a las pocas semanas de su triunfo, en la Navidad de 1476, el rey de Valaquia, Vlad III fue asesinado en una emboscada realizada por los turcos, que lo asesinaron y exhibieron su cabeza en una estaca en Estambul.

Mitos y leyendas de su figura

Vlad Dracula fue el personaje en el que el escritor irlandés Bram Stoker se inspiró para crear el personaje del vampiro en el Conde Drácula, con lo cual observamos que la imagen que ha dado lugar durante su vida y que nos ha llegado a la actualidad sobre él es una imagen negativa, perversa, de sádico, de diabólico y de no tener compasión hacia el enemigo.

Esto por lo que se observa ya viene de herencia anterior a él, ya que su padre se gana por méritos propios el apodo de “Dracul” (El Diablo) por su afamada crueldad y sangre fría y que posteriormente heredaría su predecesor. Predecesor que ha pasado a la historia por su apodo Drácula (proviene de “Draculea”). La terminación “ulea” en rumano quiere decir “hijo de”, lo que podría traducirse como “El hijo del Diablo”.

En los documentos de la época se le describe como un tirano sanguinario, alejado de la fe cristiana, que goza con la muerte indiscriminada y que siente predilección por empalar a sus víctimas, lo que le valdrá posteriormente, a mediados del siglo XVI, el apelativo de ‘Empalador’ que en rumano significa Tepes, de ahí su denominación más conocida como la de Vlad Tepes (Vlad el Empalador) y que llevará a convertirlo en el famoso Drácula.
Su comportamiento diabólico y sin compasión se entiende ya desde muy pequeño, pues a muy temprana edad, trece años, fue enviado junto a su hermano, por su propio padre para ser rehén del sultán turco y luchar en su ejército de ese modo aprendió muy tempranamente disciplina militar y no pudo gozar de una infancia placentera.
Lo cierto es que un delegado papal en la corte húngara lo describió así:
“No era muy alto, pero sí corpulento y musculoso. Su apariencia era fría e inspiraba cierto espanto. Tenía la nariz aguileña, fosas nasales dilatadas, un rostro rojizo y delgado y unas pestañas muy largas que daban sombra a unos grandes ojos grises y bien abiertos; las cejas negras y tupidas le daban aspecto amenazador. Llevaba bigote, y sus pómulos sobresalientes hacían que su rostro pareciera aún más enérgico. Una cerviz de toro le ceñía la cabeza, de la que colgaba sobre unas anchas espaldas una ensortijada melena negra.”
Esta descripción nos describe a un personaje frío, que provoca miedo y espanto, nos describen la imagen de un sádico que no siente compasión ante nadie y concuerda con los mitos y leyendas que se cuentan en torno a su figura.
En la actualidad, observamos como esa imagen ha ido cambiando y que tanto en las películas como en los libros actuales se representa a Dracula como un personaje más varonil y sobre todo romántico, algo que no concuerda con su descripción en los documentos de la época.
Como ya he mencionado anteriormente, el apodo de Tepes nos indica su predilección a la hora de ejecutar a sus enemigos, puesto que tenía predilección por la técnica empalamiento. Esta técnica de tortura y ejecución terrorífica consistía en introducir a la victima sobre una estaca de punta afilada de aproximadamente 3,50 m de longitud atravesarlo por el ombligo o el corazón, levantarlo y dejarlo morir, esta muerte sería relativamente rápida y estaría destinada para los más afortunados.

Es destacable la leyenda que cuenta que un buen día un comerciante extranjero pidió auxilio a Vlad porque unos ladrones le habían robado un saco con monedas de oro, Vlad le dijo a ese comerciante que se marchara y regresara mañana, al día siguiente este comerciante entro al salón principal donde allí se encontraba Vlad en su trono rodeado de los ladrones, sus mujeres e hijos empalados a su alrededor y le dio la bolsa de monedas al comerciante y le pregunto si estaba todo el oro, a lo que el comerciante con voz temblorosa respondió que le sobraba una moneda, Vlad le dijo que su honradez le había salvado ya que había una de más, si hubiera dicho que estaba todo hubiera acabado empalado al igual que sus ladrones.

La población se quejaba de los continuos robos que sufrían por parte de ladrones y asaltantes en sus territorios, además de los pobres, que según Vlad no aportaban nada al país. Para erradicar esto, cuenta la leyenda que organizó un festín en una casa de las afueras de la ciudad, en la cual se invitó a pobres, ladrones, tullidos, leprosos y enfermos. Cuando ya todos estaban bien servidos de comida y borrachos de vino, Vlad se presentó con su guardia en la casa y preguntó a todos los allí reunidos si querían una vida sin privaciones ni preocupaciones y que todos los días se dieran festines como aquél, a lo que los mendigos y demás personas respondieron que sí y que había sido el mejor día de sus vidas. Vlad mandó a sus soldados que cerraran todas las puertas de la casa y prendieran fuego sobre ella. Nadie quedó con vida. Eliminó la pobreza acabando con los pobres. Esto se fue repitiendo con todos los mendigos en cada comarca de su principado.

Nunca sabremos si esto es verdad o mentira, pero lo que sí es cierto es que este comportamiento convertirá a su país en un lugar más seguro sin ladrones, llegó a tal nivel de seguridad que según la leyenda en las fuentes y plazas de los pueblos se mandaban colocar una copa de oro para beber de ella, ya que nadie sería capaz de robarlas, pues en caso de hacerlo sería sometido ante la justicia de Vlad.

Hay un mito sobre las caravanas de comerciantes alemanes que en su ruta no pararon por su amada Valaquia a comerciar con Vlad. Éste, al enterarse de la falta de respeto hacia él y su pueblo, mandó asesinar a los comerciantes exceptuando a dos, pero a estos dos no les perdono, sino que a uno de ellos le sacó los ojos y al otro le cortó la lengua y los hizo volver con las cabezas de los comerciantes a su lugar de partida.
Además, según cuenta la tradición rumana dos monjes fueron a reunirse con Vlad a su castillo. Cuando entraron observaron los cuerpos empalados al rededor de la corte y Vlad les preguntó que qué les parecían los empalamientos, uno de ellos respondió que hacía muy bien en hacerlos pues era una misión divina castigar el crimen, mientras que el otro lo condenó. Uno de los monjes fue empalado y el otro fue recompensado. Según las versiones tradicionales rumana y rusa, premió al honesto y empaló al que lo alabó.

También es conocido su afán por beberse la sangre de sus enemigos y comer rodeado de empalados, un visitante que comió junto a él tuvo que taparse la nariz al no poder respirar con la olor a putrefacción que había en la sala, Vlad se lo tomo como una falta de respeto y lo mando empalar en lo más alto del salón ya que allí podría respirar mejor.

Supuestamente, entre 40.000 y 100.000 personas murieron de esta manera, o a través de otros métodos de tortura, a manos de los hombres de Vlad, durante los años que duraron sus sucesivos reinados, siendo su segundo reinado (1456-1462) el que lo culminó con su imagen negativa: enemigos, traidores, delincuentes de todo tipo e incluso algún mendigo. Vlad odiaba, más que cualquier cosa, los robos, las mentiras, el adulterio, y no perdonaba a nadie por su rango, es más cuanto mayor era el rango del traidor, más duro era el castigo.

De este mismo modo, Vlad consiguió acabar con los enemigos interiores como eran los boyardos (aristocracia local) quienes asesinaron a su padre y a su hermano. Estos durante su segundo reinado entraron como invitados a un festín el día de Pascua de 1459 en Tirgoviste, donde les pidió ir vestidos con sus mejores galas. Cuando terminaron de cenar, Vlad mandó empalar a los más viejos que fueron atados, colocados boca abajo y empalados con estacas romas que penetraban más lentamente en su cuerpo para que el suplicio durara más. Vlad los dejaba pudriéndose durante meses. Se dice incluso que un ejército turco que pretendía invadir Valaquia se volvió atrás, aterrado, cuando encontró a varios miles de empalados descomponiéndose en lo alto de sus estacas, a ambas orillas del Danubio.

Mientras que a los boyardos más jóvenes los obligó a ir desde Tirgoviste hasta lo alto del monte Poenari. Los boyardos fueron a pie y muchos perecieron en el largo camino, pero los que llegaron aún con vida fueron obligados allí a trabajar como mano de obra esclava y a construir el castillo de Vlad, de este modo sus preciosas ropas de galas quedaron convertidas en harapos, mientras eran obligados a construir el castillo e iban muriendo de cansancio, enfermedad o de hambre a lo largo de los meses de trabajo. Este castillo es el conocido como Fortaleza de Poenari y este es el verdadero castillo de Vlad.

Esta fortaleza estaba localizada en un punto estratégico excelente en lo alto del monte Poenari y desde el que podía visualizar Velaquia y la llegada de cualquier enemigo. En la actualidad, cuando se habla del Castillo de Drácula muchos piensan erroneamente en el Castillo de Bran como lugar de la antigua residencia de Vlad, esto se debe a que Ceacescu, antiguo presidente de Rumanía, sabía que tras la obra de Bram Stoker sobre Drácula una oportunidad así no la podía dejar de escapar, pues el castillo real de Vlad Tepes estaba en ruinas y andaba lejos de las principales atracciones turísticas, por lo que decidió buscar en otras localizaciones como Brasov, capital turística del esquí en Rumania, allí se encontraban varios castillos y fortalezas, entre los que destacaba el Castillo de Bran, lugar del que hizo publicidad para atraer turismo.

Además de todo esto, Vlad logró atrapar al más peligroso de sus adversarios, Dan Voeivod en la primavera de 1460, al que obligo a cavar su propia tumba y asistir a su funeral antes de hacerlo decapitar.

Tras acabar con los enemigos interiores, Vlad se dispuso a acabar con los enemigos exteriores. De este modo, decidió alzarse contra los turcos. Este alzamiento contra los turcos empezó en 1459, cuando el papa Pio II convocó a una nueva cruzada contra los turcos, en el congreso de Mantua. Pero solo Vlad y Matías Corvino, rey de Hungría respondieron afirmativamente a la petición del papa. En 1460, el sultán Mehmet atacó la fortaleza de Smederevo, en Serbia, cerca de la frontera con Valaquia lugar donde residía un gran amigo de Vlad, y allí despellejo y luego descuartizo a uno de los mejores amigos de Vlad, Miguel Szilahyi.

A partir de ese instante, Vlad decidió que Valaquia debía dejar de pagar el tributo al sultán turco y dejar de servir como intermediario entre turcos y húngaros. Este tributo anual que Valaquia debía pagar a los otomanos consistía en 10.000 ducados y 200 niños cristianos, para ser formados como jenízaros. Cabe recordar que él mismo junto a su hermano fueron mandados por su padre desde muy pequeños como parte de este tributo. Cuando Mehmet II se percato de que Vlad no iba a pagar, envió a varios representantes de su corte a Tirgoviste, para pedir explicaciones a Vlad por su retraso en el pago del tributo. Estos iban ataviados con sus ropas tradicionales, entre ellas el turbante. Al presentarse ante él, Vlad les preguntó por qué no le mostraban respeto descubriéndose la cabeza, y los turcos respondieron que no era costumbre en su país. Vlad ante tal ofensa respondió a las exigencias de los enviados turcos clavándoles el turbante a sus cabezas.

A finales de 1461, Vlad comenzó con su plan para liberar Valaquia del yugo turco. Empezó por atacar las fortalezas otomanas del Danubio. Aunque en algunas de ellas no le hizo falta usar la fuerza, como en la fortaleza de Giurgiu, lugar al que entró disfrazado de turco, y hablando el turco a la perfeccion, allí engaño a los defensores de la fortaleza para que le abrieran la puerta. Una vez logrado su objetivo y tras lograr la victoria en esa fortaleza hizo pagar a los defensores por su error ejecutandolos de diversas formas y quemado la ciudad hasta los cimientos.

Desde Giurgiu, Dracula se dirigió Danubio abajo hacía el mar negro, con su infantería viajando en barcazas y la caballería protegiendo ambas orillas del rio. Quemando pueblos y ciudades, saqueando todo el alimento que encontraba y empalando a todo turco que veía, Dracula empezó a recibir la ayuda de búlgaros, serbíos y griegos en su ruta hacia el mar negro.

Cada ciudad que conquistaba, Vlad enviaba una carta a Corvino informándole detalladamente del número exacto de enemigos que había eliminado: 6.414 en Giurgiu, 1.350 en Eni Sala, 6.840 en Durostor, 1.138 en Nicopolis, etc. Segun decía, en total había terminado con la vida de 23.884 turcos, incluyendo aquellos que habían sido quemados vivos en sus propias casas. Y como prueba, envió a Corvino dos grandes sacos llenos de orejas y narices de turcos, además de varias cabezas, incluyendo la de los enviados turcos, con el turbante aún clavado.

Sin embargo, el ejército turco lanzó una ofensiva contra Vlad en la que por su mayor número de contingentes acabarón invadiendo Valaquia, colocó a Radu II el Bello, hermano de Vlad como monarca de Valaquia y obligaron a Vlad a huir a Hungría.

Vlad huyó a Hungría para pedir protección y apoyo del rey, pero el rey lo encarceló hasta el verano de 1475. Durante sus doce años de encierro pedía a los guardias que le trajeran palos y pájaros para aplacar su sadismo empalando a ratones y pajarillos.

Tras su liberación y victoria en Vaslui llego su tercer reinado, reinado corto debido a su pronto asesinato. Este asesinato también esta lleno de mitos y leyendas populares que se crearon tras su muerte y durante la Edad Moderna en cuanto a lo que allí sucedió, ya que existen por lo menos tres versiones relacionadas a su muerte:

Existe una versión que asegura que murió durante la batalla por infieles boyardos que lo traicionaron, esto no es de extrañar viendo el odio que los boyardos guardaban hacía Vlad, persona que mando ejecutar a muchos de ellos en las peores circunstancias y a los que no ejecutaba les guardaba mucho tiempo de sufrimiento y cansancio construyendo su fortaleza.

Otra versión, señala que murió por sus propios guardaespaldas que lo traicionaron. Esta versión tampoco es de extrañar debido a que Vlad luchó y descargó toda su brutalidad tanto contra cristianos como contra musulmanes. Defendiendo lo que le convenía en cada momento, tanto musulmanes como cristianos lo tenían por maldito, quedándose él en una posición media, obligando a musulmanes de su país a luchar contra los musulmanes turcos y a los católicos a matar ortodoxos.
El verdadero Castillo

La tercera versión, y a la vez la más difundida, es la que señala que durante la batalla que se produjo durante la emboscada, antes de ser capturado por los otomanos, logró escapar de sus enemigos y para evitar que lo atraparan se colocó el atuendo de un soldado otomano caído para pasar desapercibido entre las filas enemigas y huyó dirección a sus hombres, estos al verlo lo confundieron con el enemigo y el resultado fue una muerte al instante por sus propios soldados, decapitándolo y dejando su cuerpo en el campo.


El único detalle del que se tiene certeza es que los turcos desollaron la cabeza cercenando su cara y su cabellera del cráneo y fueron llevados como trofeo a Constantinopla, donde el sultán ordenó que se colocara en una estaca para no dejar lugar a dudas con relación a la muerte de Vlad Dracula.

En cuanto a su cuerpo, nunca se ha sabido que sucedió con sus restos, pero se piensa que fueron depositados finalmente en el monasterio de Snagov. Durante una campaña arquelógica entre el año 1932-1933 encontraron en el interior de una cripta de la iglesia del monasterio de Snagov el cuerpo intacto y una tela de seda ocultaba la cabeza. Al retirar la tela de seda se pudo observar como la piel del rostro y el cabello habían sido arrancados y vieron como el cuerpo en cuestión de minutos se desintegraba, con lo cual era imposible aclarar de quién era el cadáver.

Sin embargo, según los observadores del momento y teniendo en cuenta la información sobre su muerte y observando la costumbre turca de arrancar la piel de la cara y el cabello se ha concluido que, muy probablemente, se trataba del cadáver del legendario y temido Vlad III, príncipe de Valaquia.

También, hay gente que dice que la tumba que tenía su nombre estaba vacía y en su interior solo habían restos de animales, esta explicación se sustenta en que los monjes griegos que se hicieron tiempo después con el monasterio, no quisieron que un personaje tan despiadado estuviera enterrado en el lugar más sagrado del monasterio, así que sacaron sus restos y los enterraron en otra tumba junto a la entrada. Esa tumba se derrumbó por efecto de una riada y los restos de Vlad se perdieron en el lago.

Estos mitos sobre su persona se fueron creando tras su muerte y fueron creciendo durante la Edad Moderna, hasta la llegada en 1897 de Bram Stoker, fecha en la pública su célebre novela Drácula, en la que el protagonista, identificable con el príncipe Vlad III, es un vampiro que alcanzará enorme notoriedad. Ahora bien, del histórico Vlad III apenas queda rastro, salvo la pertenencia al linaje valaco al que se alude mediante la onomástica al emplear el patronímico (Dracula) o la alusión a su campaña contra los turcos y su predilección a ejecutar a sus enemigos mediante el empalamiento.

Pese a la imagen negativa y cruel que se fue creando sobre Vlad el Empalador durante la Edad Moderna, en Rumanía fue venerado como paladín de la cristiandad contra la invasión musulmana, pese a que siempre se le representa con la estrella de ocho puntas, nunca con una cruz. En la actualidad Vlad Tepes es considerado un héroe nacional en Rumanía.


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L.C.D



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